En cuanto comenzamos a leer el cuento “Macario” del escritor Juan Rulfo, pudimos notar enseguida que el personaje que protagonizaba la historia era bastante fuera de lo común. El hecho de que lo primero que nombrara fuera que se encontraba sentado junto a la alcantarilla aguardando que salieran las ranas para así poder aplastarlas a tablazos, nos deja convencidos sobre la condición de Macario. Una persona deficiente mental es una persona enferma. Es aquel que tiene un repertorio limitado de conductas conformado por los acontecimientos que constituyen su historia. Entre las condiciones socio-culturales que producen deficiencias, el conductismo destaca el ambiente pobre culturalmente, las oportunidades educativas limitadas y las prácticas paternas negativas. Es decir, una persona que en nuestra sociedad naturalmente se encuentra en desventaja. Es por esto que muchos de los individuos que padecen de esta enfermedad o déficit, no solo tienen grandes problemas en cuanto a la adaptación social, sino que también son muy susceptibles al aprovechamiento por parte de otras personas que no padecen de esta deficiencia hacia ellos.
En el cuento de Juan Rulfo, podemos apreciar en variadas ocasiones, como los demás personajes se aprovechan de Macario debido a su condición mental. Felipa, quien es la mujer que se encargaba de la cocina, es descrita como una persona muy querida por el protagonista, sin embargo, a lo largo de la historia podemos notar como ella se aprovechaba sexualmente de él. Cuando Macario describe inocentemente las visitas de Felipa a su cuarto, donde ella le daba de mamar leche de sus pechos y le hacía cosquillas por todas partes, nos encontramos con nada más y nada menos que con un acoso sexual. Por otro lado, la madrina de de Macario también se aprovecha de su condición. A pesar de que este personaje no nombre con detalles cada una de las situaciones de aprovechamiento por parte de su madrina hacia él, podemos inferir que sí lo hace debido a lo que Macario describe sobre lo que ella le dice. Macario dice en una parte del cuento, que si no mataba a las ranas para que no cantaran, su madrina se llenaría de coraje y rogaría a sus santos para que lo enviaran de frente a la condenación eterna. En otras palabras, la madrina utilizaba excusas que naturalmente el protagonista creería debido a su deficiencia mental o incapacidad de sacar conclusiones propias acerca de un determinado hecho para así poder manipularlo y hacer que cumpliera sus órdenes. Además, Macario dice que si fuera enviado al infierno no podría ver a ninguno de sus padres difuntos, ya que ellos se encontrarían en el cielo.
El tema del aprovechamiento hacia las personas con deficiencia mental también lo podemos apreciar en el cuento Estanvito de Pía Barros. Los “muchachos”, los cuales Estanvito menciona que eran buenos, se aprovechaban de éste al hacerlo acarrear a los muertos. Se puede inferir que, obviamente, éste era un trabajo que nadie quería hacer, entonces se aprovechaban de el enfermito para que llevara con una carretilla a las personas que los otros habían matado. Claramente Estanvito no entendía completamente lo que estaba haciendo, incluso le llama “problemas” a los muertos que llevaba, más encima le entregaban los muertos en bolsas selladas. Se puede ver que los muchachos persuadían un poco a Estanvito diciéndole que confiaban en él para hacer éste trabajo, probablemente el muchacho se sentía importante y quería, con mayor razón, realizar el trabajo. También lo premiaban llevándolo en sus camionetas.
domingo, 21 de junio de 2009
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